Reseña: ¡No me quiero casar!, de Javier Malpica

Título: ¡No me quiero casar!
Autor: Javier Malpica
Editorial: Castillo
ISBN: 9786074639186
Páginas: 349
SINOPSIS: 
Los niños de 5° F exponen qué quieren ser de grandes: Arturo quiere ser explorador y Lucero, la niña que le gusta, cuidar animales, como Pufy, su hurón. La aventura empieza cuando Arturo tira por accidente la jaula de Pufy y Alejandra lo descubre. ¿Logrará la compañera más extraña del salón que Arturo caiga en su amenaza fatal?


OPINIÓN:
Leer ¡No me quiero casar! Ha sido una sorpresa total. Al ser un
libro recomendado para personas de 10 años en adelante, imaginé algo diferente a lo que me encontré.

Comienzo hablando con el final del libro, que, como se le llama en el mismo libro, el flashforward o prolepsis ha sido la cereza del pastel. Realmente disfruté con esas últimas páginas, ver cómo los personajes que conocimos durante más de 300 páginas siendo unos niños, se vuelven adultos responsables, pero conservando lo que los hizo y los hace ellos, ha sido magnífico. No puedo explicar el por qué me agradó tanto verlos crecidos y conservando aquello que los unió, pero me encantó. Admito que me hubiera gustado cierta relación, pero lo que mostró el autor es algo real; si bien no puedo especificar a qué me refiero por cuestión de los spoilers, quienes lo lean o lo hayan leído entenderán a qué me refiero. Las amistades son importantes, y las verdaderas amistades prevalecen y son la luz en la oscuridad.

El libro nos cuenta la travesía que vive Arturo al ser el objetivo de la niña que quiere novio y quiere casarse. Debido a un accidente, Arturo pasa de ser un niño común a ser un niño que se va a casar con una compañera de clases, aunque él quiera a otra. Lo especial de esto es que este tipo de juegos no son tan alejados de la realidad, ya que aún hay niños que juegan o se entusiasman con este tipo de cosas, si bien es difícil no comparar cómo en la actualidad hay niños que hacen cosas que no deberían para su edad, y se comportan o hablan como niños más grandes, lo cual personalmente no me agrada, porque la infancia debería estar llena de sueños, diversión e inocencia, y es algo que he visto que se ha ido perdiendo. Sin embargo, ese no es el punto, el punto de esta historia es mostrar a un grupo de niños con sus propios asuntos de niños, sus diferentes personalidades y cómo de divertido es imaginar, soñar y ser un buen amigo.

Es un libro infantil, por los personajes que maneja, la edad de estos, la narrativa fluida y sencilla, así como la historia que maneja, pero sin duda cualquiera puede entretenerse con este libro, y por qué no, compartirlo entre chicos y grandes en la familia o en la biblioteca. Lo importante es que en una historia sencilla maneja temas fundamentales, como lo es la amistad, la solidaridad, la familia, el respeto y más valores. Lo que puede parecer solo una historia de niños, se vuelve algo más, una historia con valores para que quien lo lea, especialmente los niños, aprendan mediante Arturo y Alejandra, la importancia de los valores y por supuesto, la sana diversión.
No solo eso, también se menciona las complicaciones que pueden tener las parejas que se separan y que no tuvieron la comunicación necesaria para seguir juntos o para mantenerse en contacto, los cambios que da la vida y cómo nuestras decisiones dictan nuestro camino.

Sin duda mi personaje favorito es Alejandra, aunque el libro esté narrado por Arturo en la mayoría del texto Alejandra se roba el protagonismo, con su peculiaridad y su manera de hacer bromas. Cada uno de sus comportamientos pueden parecer extraños o especiales en el momento, pero durante el transcurso de la lectura uno va entendiendo el por qué piensa así y por qué hace determinadas cosas. 


El libro cuenta con 349 páginas, pero el texto es grande y la narración es sencilla, por lo que las páginas pasan volando. Hay escenas o frases graciosas, así como bonitas o tiernas. No se nota una necesidad de dejar los mensajes muy marcados en el lector, pero uno mismo los puede entender en la superficie y es algo que permite que los niños al leerlo o al escucharlo mientras se lo leen, se queden con esos mensajes de manera natural.

¡No me quiero casar! Es un libro gracioso y tierno, con un final perfecto y especial, que cuenta la historia de dos niños que aprenden por si solos lo importante que es la amistad.

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